Vudu Luases de los caminos y entradas

«En África, Legbá es un dios fálico y joven. En Haití es una persona senil de barba blanca. Se le invoca para que abra las  puertas. Recibe la primera plegaria en las ceremonias». Tiene figura muy parecida a la de san Lázaro: cojea como éste y lleva una especie de muletica en la que se apoya para caminar. Su ropa es raída, muy usada, con la que demuestra sus trabajos como misionero, porque «su misión es muy dura». Puede tomar picante y frotarse con él los ojos. Una sacerdotisa, afirma que Legbá «existía, pero al dar la caída se convirtió en luá, por lo que su comida desde entonces siempre se ha preparado así: asada». En su manyé se incluye pollo invariablemente y, en algunos lugares, chivo, ambos de color negro, además de  siete tipos de viandas.

Lo significativo que recibe de la ofrenda animal son las plumas, la cabeza y las tripas que son lanzadas al fuego de la hoguera, con lo que se hace saber que se entregó todo lo que le pertenece. Esa hoguera será encendida en la portería o entrada principal que dé acceso a la vivienda del dueño de la fiesta.

Debajo de la enramada permanece encendida una vela y en ella  se sitúa inicialmente la orquesta. Luego la hoguera se rocía con agua azucarada, además se avivan las llamas con aguardiente. Poco después es encendida otra vela que se coloca al pie del fuego, levantada y puesta en el camino que desemboca en la portería.

Ésta es una ceremonia indispensable para el desarrollo del conjunto de ritos que   se  realizarán   en   cumplimiento   de   los  demás   santos   y   fuerzas sobrenaturales.  Su  función  consiste  en  llamarlos,  atraerlos  y  darles  la bienvenida para que se presenten en la fiesta que se les ha organizado.

Con la carne de los animales y las viandas asadas  —más  pedacitos de bombón—se prepara una especie de pudín en una jigüera al que se le añade mucho picante y se reparte entre todos los concurrentes a la ceremonia.
Confirmando su preeminencia, un sacerdote nos atestiguó que Legbá es «el jefe de todos los santos; hay que hacerle la comida primero a él, antes que a los demás».

LUÁ CHEMIN

Luá de los caminos reales. «Trabaja», da caridad. En su manyé se emplean diversas carnes, como la de cerdo para hacer una especie de ajiaco al que se añade  todo  tipo  de viandas,  menos  la  calabaza.  Esta  última  no  puede depositársele tampoco en su altar.

LUÁ CALFÚ

Lúa Calfú es el de los cuatro caminos. «Se le prepara su comida en cualquier lugar, pero siempre su altar tiene que situarse en un rincón pegado a la
pared».

LENTÓ

Se conoce que trabaja sólo una vez al año. Habita en el marco de la puerta de acceso a la casa de vivienda, donde ejerce una especie de «protección» a sus moradores.

COLÉ-CORD

El nombre que ofrecemos corresponde a una pronunciación figurada nuestra, a partir de la información. Ellos nos atestiguan que el significado que más se le aproxima es el de «nudo» o amarre, situado a la entrada de una casa.

Es evidente que se trata -como en el caso de Lentó- de una expresión más dela brujería que circunda siempre al vodú. Las encrucijadas y caminos son»lugares encantados por los malos espíritus» y todas las entradas deben ser reforzadas  para desbaratar los maleficios o daños dirigidos contra alguna familia. Con este santo se amarra.

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