Espiritismo Clases de labores

Espiritismo Clases de labores

En la realización de las labores o misas espirituales, observamos una línea que sirve como base y que siempre es la misma. Dentro de esto, podemos distinguir, según sea el objeto a la que estén dirigidas, una diferenciación en el desarrollo de las mismas. De todas estas variantes, hemos clasificado las siguientes:

Desarrollo: es la labor que se hace con personas que se están iniciando en el camino espiritual. A través de ésta, se enseña como se debe actuar en las misas, la forma de laborar, las oraciones y las plegarias adecuadas a cada caso y la vía más adecuada para poder comunicarse con los espíritus de su cuadro espiritual.

Quien entra a formar parte de un grupo de desarrollo espiritual, el cual debe estar dirigido por un espiritista con conocimiento de la obra espiritual y totalmente preparado y desarrollado, es porque ha empezado a notar manifestaciones externas o internas que se escapan de la lógica, y denotando la presencia o la inducción de otros seres que se comunican con el. Es importante al comienzo de estas, acudir lo antes posible a esclarecer la raíz del problema para recibir una indicación de cómo enfrentarnos al problema antes de que empiece a derivar en otros sucesos que repercutan más en nuestra vida personal.

Investigación: se realiza sentando a la persona sobre la cual vamos a desarrollar la obra espiritual, en el medio de la sala, frente a la bóveda espiritual, con dos personas a los lados que dirigen la sesión y el resto alrededor.

Es necesaria la intervención de dos o tres médium como mínimo, sin necesidad que tengan que ser de trance. Estos le hablan a la persona de los acontecimientos de su vida, así como de aquellos problemas que ha tenido en un pasado y que repercuten en la actualidad, dándole la guía para la superación y el vencimiento de los mismos. De la misma forma le describirán los espíritus que le acompañan, su guía y protectores, además de los seres familiares que también se puedan presentar, describiéndole el orden, siendo el guía el que mayor grado de elevación disfrute y los demás los protectores que se situarán dependiendo de su evolución espiritual. En esta labor se le detalla a la persona aquello que pueda tener pendiente por realizar, para que se libre de todo tipo de negatividad y cumplimentar con todo aquello que pueda estar pendiente con los espíritus que le acompañan. Estas reuniones se pueden hacer con dos finalidades, la primera investigación para quitar o recoger una negatividad que pueda estar afectando a la persona y la otra para hacer una coronación espiritual.

Recogimiento: en esta labor, los médium le describen a la persona los problemas que le están afectando en su vida, así como el motivo o la causa por  la que está pasando por esta situación, detectando de esta forma, el grado de negatividad que tiene. Una vez que se tenga determinado de donde procede y lo que la produce se hará el control necesario, pasando a realizar la limpieza y el recogimiento, de forma que la persona queda limpia de toda negatividad que tuviera acumulada hasta este momento y libre de todo obstáculo que la pudiera estar afectando para el normal desarrollo de su vida.

Si el tipo de negatividad a la que nos referimos, se trata de la acción de un espíritu atrasado, que lo tiene «pegado», bien sea por un trabajo de enviación que le han hecho para que esté con ella perjudicándola, o bien por una acción que haya recogido de cualquier espíritu perturbado y que esté caminando con ella, el médium de trance, incorporará o pasara el/los espíritu que tenga, los cuales se manifestaran por dicho médium obteniendo gracias a la ayuda de los otros médium el conocimiento del mal que está haciendo, para que se arrepienta y se pueda elevar espiritualmente. Es habitual en este caso asistir a una conversación en la que el espíritu detalla la causa por la que estaba dañando a ese cuerpo, así como su deseo de ser perdonado y de pasar a un plano donde pueda disfrutar de una mayor serenidad como espíritu.

Coronación: en esta labor, se le describen a la persona los espíritus que le acompañan, especificando como se presentan y la forma en que hacen sus manifestaciones. Se habla de aquello que indica el espíritu de cómo era su vida y en el entorno donde se produjo, así como en muchos casos, cual es el motivo de su misión, o aquello que tiene que depurar como espíritu y en unión de su «caballo» o médium. A estos espíritus se le da un orden jerárquico de acuerdo a su elevación espiritual, partiendo del guía y colocando a continuación a sus protectores, según tenga, ya que todos los cuadros espirituales no están formados por la misma cantidad de espíritus, ni tampoco por las mismas comisiones.

Después de esto, los espiritistas se situarán de pie, formando un círculo en torno a la persona, realizando un control espiritual, procediendo a realizar un llamamiento a su guía y protectores, dándole a cada uno su ubicación dentro del cuadro espiritual. Más tarde se procede a la coronación según sea la costumbre de los espiritistas que estén a cargo del iniciado.

Al término de esta coronación, se puede proceder a la formación de la bóveda espiritual, por tener un conocimiento concreto de los espíritus que vamos a asistir en la misma, así como a las comisiones a las que pertenecen y el grado de responsabilidad que ejercen dentro del cuadro espiritual.

©️ngangamansa.com

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