Santería Orisha Chango el Dios del Trueno y el Fuego

En la mitología Yorùbá, Ṣàngó (Sango, Xango, Shango, Changó en América Latina, también conocido como Jakuta ) es quizás el Orisha más popular; él es un padre del cielo, un dios del trueno y el rayo. Sango era un ancestro real Yoruba porque era el tercer rey del reino de Oyo. En la religión Lukumí del Caribe, Shango se considera el punto focal de la religión, ya que representa a los Oyo de África occidental. El reino de Oyo fue saqueado  como parte de una yihad por el Imperio Islámico de Fulani. Todas las principales ceremonias de activación (como se realizaron en Cuba, Puerto Rico y Venezuela durante los últimos cien años) se basan en la ceremonia tradicional de Shango del antiguo Oyo. Esta ceremonia ha sobrevivido al pasaje del medio y se considera la más completa que ha llegado a las costas occidentales. Esta variación de la ceremonia de activación Yoruba se convirtió en la base de todos los factores desencadenantes de Orisha en el oeste.

La energía dada por esta deidad del trueno es también un símbolo importante de la resistencia africana contra una cultura europea de esclavitud. Hay rojo y blanco en color; su número sagrado es 6; su símbolo es el hacha de doble cabeza, que representa la justicia rápida y equilibrada. Es el dueño de Bata (3 tambores dobles) y de la música en general, así como del arte de la danza y el entretenimiento

Cuando vemos a Shango en la Naturaleza vemos la luz del rayo atravesando el cielo y oímos el trueno arrollador. El es el fuego en el bosque y sobre lo alto de una casa. Si. él es el de la fuerza destructiva. Sin embargo su fuerza también da vida. En medio de su poder y energía destructiva él aniquila todo lo negativo. De este modo hace las cosas fértiles y puras. Hay quienes conocen que Shangó tiene solo oídos, que es un consumado mujeriego y amante de las fiestas.

De las cosas que no son conocidas una es que Shangó es el general del cielo. Es un excelente estratega y ejecutor de planes. El ama a sus hijos, sin embargo, no vacila para disciplinarlos cuando han cometido errores o roto los tabúes. El es irreflexivo y en tiempos violentos necesita ser calmado. Su fogosa energía es calmada usualmente por la frialdad de Öbàtálá

Hijo predilecto de Obatalá y su confidente desde la niñez, conoció del incesto de su hermano Oggun, al que le robó su mujer, Oya.

Addima Addima, también es Chango. El más popular de los Orishas.

Alafí Alafí, Rey de Oyó y Rey de Reyes.

Chango Olúfina, mora en las Ceibas, pero su verdadera casa, su vivienda predilecta, su trono y su mirador es la Palma, donde suele manifestarse en su aspecto más terrible, Chango Obayé. El Rey del mundo que se viste de punzó, el negro prieto y bonito que come candela, el Dios del Fuego, desde la vara afilada y trémula de la palmera que se eleva al cielo, dispara sus flechas a la tierra.

Chango Eyeo, pelea echando humo y candela por la boca y disparando rayos. Pelea también con maza, hacha, machete y un cuchillo en forma de media luna. Chango fue Rey de Kosso, de Mobba, de Owó, de Ebiní, Osó, Ima, Tulempe, Ado y por eso es que tiene tantos nombres y títulos, es el que más caminos -avatares- tiene, porque recorrió todo el mundo.

Chango Lubbeo, heredero legítimo y universal de Obatalá. En su nacimiento fue entregado a su hermana mayor DADA, OBAÑEÑE o BAYAMI para que lo cuidase.

Chango de Ima o el de Izú, es el de los estampidos y los rayos. Chango en uno de sus caminos fue Obbara.

Su número es el 4 , habla en el Diloggún por Obbara (6), por el 4, el 12 el 11. el 8-6 y el 8-9 y el 6-6. En los Obí habla en Alafia, Otawa, Eyeife y Oyekún,

Sus días son el viernes y todos los 4. Sus colores el rojo y blanco. Representa el mayor número de virtudes e imperfecciones humanas. Es trabajador, valiente, buen amigo y curandero, pero también es mentiroso, mujeriego, pendenciero, jactancioso y jugador. Es buen padre mientras el hijo obedece, pero no lo admite cobarde, ni invertido. Es el padre de los Ibeyis.Sus amantes son innumerables aunque sus mujeres propias son Oyá, Obba Yurú y Ochún. Respeta mucho a los «Eggun».

ATRIBUTOS Hacha petaloide, Copa, Espada, Acheré de jicotea, Caballo Moro, Pandereta Hacha de doble filo o bipene, bandera rojo brillante, seis otanes, y un Oché, o sea, un Cetro de madera de Palma y Cedro, que termina en puntas agudas o en forma de doble hacha, que lo lleva sobre su cabeza, como símbolo de su divinidad. También tres hachas, una maza y un alfanje.

COLLARES: Rojo y blanco alternados. El rojo es símbolo del amor y de la sangre

ROPA: Se le viste con camisa holgada, pantalón con ashó rojo bermellón. En ocasiones usa pantalón corto terminado en punta. El pecho descubierto con una banda de Obba cruzada, aunque a veces lleva chaquetilla de color rojo con listas blancas. En la cabeza una corona que puede ser en forma de castillo.

ANIMALES: Carnero, gallo rojo, codorniz, jicotea, guinea, toro, pavo y también gallos jabaos. Le pertenecen el caballo blanco, las ovejas y el cordero.

COMIDAS: Plátano Indio, harina y quimbombó; el amalá, que es hecho con harina de maíz y carnero.

YERBAS ESENCIALES DEL ASIENTO– Bledo punzó – Atipola (Moco de pavo) – Baria – Platanillo de Cuba – Zarzaparrilla – Paraíso – Alamo – Jobo

Tiene muchos nombres por los que es conocido, pero son doce los que más sobresalen :

Obba Dimeyi: Donde es rey por partida doble, reina por primera vez en dos ciudades distintas : Ile Ifé y Oyó. Con este nombre se le concede la paternidad de los Jimaguas. Las ofrendas que le hacen en su región natal, casi siempre, son en pares.

Adima: Chango «el de Dima», muy brujo. Dima es un pueblo chico al noreste de Ifé de donde se cuenta vienen todos los brujos. Temido por sus grandes poderes sobrenaturales. Muy grande de tamaño y grueso, se le representa como un hombre de más de seis pies de estatura. Vive en una caldera grande de hierro, donde se colocan muchos palos, piedras, hierbas y escobas hechas de millo. Las escobas simbolizan su pretendida habilidad para volar con ellas y aparecerse en los lugares más distantes, especialmente donde se hable mal de él o de sus protegidos. Su color es rojo subido, usa barbas y su presencia es imponente.

Alafin, Alafi: Es el emperador de todo el país. Obá de Obas, el Oní sólo le supera en rango reconociéndole como su heredero legítimo. El Alafin de Oyó, es hijo del Oní sucesor por herencia al trono. Ejerce la función de gobernador. En los mitos es un personaje autoritario, severo, que reclama atención absoluta cuando está presente, hay que cederle el paso diciéndole: Alafi Kiseiko káwo kabiesi. Su corona está llena de metales pulidos y plumas mezcladas con cuentas rojas que casi le cubren el rostro. Es guerrero genial que planea sus batallas con sumo cuidado pues nunca ha perdido una guerra. Con este Shango no se hacen bromas ni chistes de ninguna clase.

Kaké: Fue un descendiente de Shango, reencarnación de su espíritu, que murió niño y por tanto no pudo reinar. Se le sitúa al lado de Eleggua en «donde está Dios de la Gloria». Su imagen se viste de rojo y blanco. Considerado más bien un dios mensajero de Shango. No se le hacen muchas ofrendas, lo que hacen es invocarle a través de Echú-Eleggua.

Jakuta: No muy conocido entre los países de las Américas. Es famoso en su nación. Gran jinete, guerrero incansable, su arma predilecta son las piedras que tira con una puntería infalible. Las lanza desde el cielo, encendidas cual bolas de fuego para destruir los ejércitos enemigos. No usa armadura de ningún tipo, mejor le gusta pelear con el torso desnudo y nada que le ate mucho el cuerpo. Glotón y amigo de que en su casa todos coman hasta la saciedad. Puede ser muy noble y darlo todo, pero cualquier insulto le ofende y la furia hace presa de él fácilmente. Con todo, es muy querido en toda Nigeria donde se le respeta y venera.

Obá Añá, Obañá: Desencadena las tormentas tempestuosas. Rayos, centellas, truenos. Todo ruido que imponga cierto temor se le atribuye. Vive dentro de todos los tambores rituales. Su secreto se guarda «con la vida» de los músicos que ejecutan sus cantos y melodías. No «baja» a ningún poseso. Hay que acudir ante él a rendirle el homenaje de su rango, postrarse ante los tambores sagrados, donde habita, es de rigor donde quiera que se practiquen los ritos.

Obá Yoko, Obanyoko: El único de carácter reposado. Vive sentado y es más bien un hombre guerrero ya retirado de las lides bélicas. Consejero de los combatientes jóvenes. Se le representa en algunas tallas sentado en un trono como un hombre corpulento y con el pelo canoso.

Olufina: Oggún y Chango son aliados bajo la misma bandera cuando es Olufina. Son brujos, guerreros y comparten el árbol Iroko que utilizan como refugio y cuartel. Su presencia es muy ocasional, pero cuando se presenta, comanda autoridad y soberanía.

Elleó, Eyeleo: Guerrero infatigable, sus más formidables armas son los rayos, candela y humo que dispara por la boca cegando y quemando a sus contrincantes. Asume varios cuerpos cada uno siendo indestructible. Se le considera un brujo temible en las peleas.

Obáye, Obá Allé: Donde es presumido y vive en las palmas. Cuenta una leyenda que Obáye fue un rey que gustó de la buena vida, la música y las mujeres. No fue nada responsable con su pueblo, dejando los deberes de su reinado por las juergas, una de estas, le costó su gobierno. Se vio reducido a la nada, teniendo que salir a «recorrer el mundo»; como era muy alegre, donde quiera que fue hizo amistades fácilmente; tuvo mucha gente que le siguió, pero más nunca fue rey. No se sabe como terminó sus días, pero se le recuerda como alguien que siempre estaba donde hubiera música y mujeres.

Obara: Nos encontramos con Shango pobre y mentiroso; rico y elegido de su padre por encima de los babalawos que despreciaron un regalo de calabazas. Es acusado de cuentista e informal, sin embargo, es este mismo Obara al que no se le discute jamás y su palabra sea cual sea, es confirmada en el firmamento por Dios. Hijo de la calumnia, los chismes y la envidia sufrió mucho, pero triunfó por encima de todos manteniendo un reinado largo y próspero.

Zarabanda: Es muy popular entre los criollos por sus «cualidades de brujo cazuelero». Es la opinión de África que este Zarabanda de que hablan más que nada los cubanos sea el mismo Owamerillá, nombre como se conoce un Shango «dahomeyano» muy respetado por sus hechicerías, mal genio, y especialmente por el celo desmedido con que protegía sus seguidores.

Dicen que hay un Shango chino que se llama Cuña. Tiene un esclavo y confidente fiel en: Déu. Le acompaña un recadero heraldo, mensajero, que se distingue por hacer «sonar el trueno» cuando nace un Shango.

©️ngangamansa.com

Un comentario

  1. No existen varios Ṣàngó … Ṣàngó es uno sólo; sus nombres obedecen a diferentes actuaciones o intervenciones del Òrìṣà; su esencia es sólo una..

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