Santería Oggun el Orisha del cuchillo

En la religión Yoruba en África occidental, Ogun (u Ogoun, Ogún u Oggun) es un Orisha que preside el hierro, la caza, los bosques, los bosques, la política y la guerra. Él es el patrón de los herreros, y generalmente se muestra con una serie de atributos como un machete, arco y flecha o un martillo. Es uno de los esposos de las diosas Oshun y Oya.

Ogun es un arquetipo divino amado del dios guerrero. Es guapo, fuerte, viril, joven y fuerte. Sus piernas son musculosas porque corre por el desierto examinando su mundo. Sus brazos son musculosos porque arrastra los pesados ​​hierros y metales que también convertirlo en el patrón de los cazadores, artesanos, artesanos, herreros, fabricantes de herramientas y los que trabajan y construyen.

Ogun es un Orisha poderoso. Es conocido por exhibir ira y violencia y destrucción. Él da fuerza a través de la profecía y la magia.

Debido a que Ogun es considerado el maestro de la magia y deambula por el desierto, él es también considerado un chamán. La letra O en yoruba se usa para sugerir a alguien que tiene una fuerza espiritual y ha dominado una forma particular de sabiduría, medicina o espiritual brujería. Por lo tanto, la gente de medicina busca su sabiduría para sanar.

Personalidad:

Debido a que Ogun lleva una espada o machete, es el dios de la Verdad y la Justicia, y tiene muy poca paciencia para juegos o mentiras. Es un hacedor y no tiene tiempo para las personas que dudan en lo que hay que hacer. Ogun es un solitario que proviene de su tiempo pasado solo en el desierto o trabajando solo con su metal, o trabajando su oficio de chamán. Solo guarda un pequeño círculo de confidentes de confianza a los que recurre cuando es necesario. Él está muy atraído por mujeres, pero tiende a ser tímido cuando se trata de la energía femenina.

Su santuario a menudo toma la forma de un caldero de hierro de tres patas lleno de herramientas de metal, clavos de ferrocarril, herraduras u otras piezas de hierro, junto con sus misterios y 18 sueltos cowries (diloggun) a través del cual habla.

Su collar de cuentas varía según el área en la que se encuentra, pero generalmente alterna verde y negro rosario. Sus prendas son tradicionalmente rojas, pero han cambiado en los tiempos modernos para convertirse en verde y negro con toques de rojo. Sus favoritos incluyen: el macho cabrío, gallos, palomas y gallina de guinea. Las ofrendas de altar para Ogun incluyen carne roja, granadas, uvas, todo caliente y picante, plátanos, ron a prueba de 151, ginebra y cigarros negros y oscuros.

OGUN EN ÁFRICA

En una sociedad como la Yoruba, donde antes de la llegada de los europeos, la obtención, fabricación y todas las actividades relacionadas con el proceso del hierro v del acero, eran de vital importancia, el dios de estos metales gozaba de una gran popularidad. Aún en nuestros días, Ogún, dueño del hierro, patrón de los herreros, soldados, cazadores, carniceros y de todas aquellas personas que en su profesión utilizaban implementos de hierro,es una divinidad importante.

Ogún es un dios feroz, de aspecto terrible, que gusta de las aventuras guerreras» de las cacerías v de la vida solitaria. Es cruel, rudo y áspero, pero no malévolo. A pesar de que todos lo consideran un dios sanguinario, los Yoruba reconocen que es justiciero y recto.

El es la divinidad pionera, es decir, Ogún va delante de los otros dioses abriéndoles paso. Este rol debe interpretarse en sentido metafórico, ya que se considera que Ogún es el dios que «abre el camino» a las divinidades en sus contactos con los hombres, haciendo posible la comunicación entre los dioses y los humanos. Esta es la razón por la que en África las primicias de todas las ofrendas se las entregan a él. Por esa razón, en la entrada de los templos en Ilé Ifé y en muchos otros lugares de Yoruba, se coloca el emblema de Ogún, dando a entender que sin él no hay manera de llegar a ningún otro dios. Este papel importantísimo que desempeña Ogún en África, lo ha perdido en Cuba, donde Elegguá además de ser el mensajero de los dioses es el que les da paso en sus comunicaciones con los hombres.

Ogún es también una divinidad escultora, dando los últimos toques a las formas humanas, obras de Obatalá. Como dueño del hierro, Ogún es el encargado de llevar a cabo operaciones tales como circuncisión, tatuajes con las marcas del clan o tribu, y todo tipo de intervención quirúrgica necesaria para mantener la salud de un individuo.

Ogún es el dios que preside los juramentos. Un juramento hecho en su nombre es tan sagrado, que el gobierno británico lo consideraba válido en las cortes de sus antiguas colonias. Los fieles consideraban el perjurio un crimen castigable con la muerte y están seguros de que Ogún jamás permitiría que se le ofendiera jurando en vano en su nombre.

Según las tradiciones orales, Ogún es un dios muy antiguo. Cuando el mundo fue creado era una especio de gran pantano. Ogún y otros dioses solían bajar por medio de una tela de araña a las marismas a cazar. Más tarde, cuando la parte sólida se formó, Ogún y los demás dioses bajaron a ocupar los distintos cargos que la Deidad les había asignado. En un lugar del camino tuvieron que detenerse porque la maleza les cerraba el paso. Obatalá trató de abrirse camino con un machete de plomo que se dobló. Ogún, era el único dios que poseía machete de hierro y con él abrió paso en la maleza, no sin antes lograr que los demás dioses le prometieran una gran recompensa. La intervención de Ogún hizo posible la llegada de los dioses al mundo. En reconocimiento de este gran servicio, cuando éstos llegaron a Ilé Ifé le entregaron a Ogún, la única corona que habían traído.

También le dieron el título de Osin Imale (El jefe de los dioses) ( Sin embargo, en el panteón Yoruba no se le reconoce tan alto status). Las divinidades se asentaron en Ilé Ifé, pero Ogún, amante de las guerras, las conquistas y las cacerías, no le gustaba la vida sedentaria y se fue a vivir a un monte llamado Ori-Oke. Allí llevaba una vida de cazador solitario y salvaje. Un día cansado de estar solo se decidió a regresar. Se dice que cuando abandonó el monte Ori-Oke venía rodeado de fuego y llevaba las ropas llenas de sangre. Se hizo unas vestiduras con el guano de la palma y así vestido entró en la ciudad de Iré donde se proclamó rey.

En otro ciclo de los mitos aparece Ogún como hijo de Oduduwa, el primer rey legendario de Ilé Ifé: Ogún era un guerrero sanguinario y brutal que conquistó la ciudad de Ire, destronó al rey y puso en su lugar a su hijo. Después regresó a Ilé Ifé de donde había venido. Tiempo después regresó a Ire. En el momento de su llegada, tenía lugar una ceremonia durante la cual no se podía hablar. Ogún llegó hambriento y sediento. Enfurecido porque nadie contestaba sus preguntas, sacó su machete y se dispuso a hacer una de sus famosas carnicerías. En ese momento llegó su hijo que explicó la razón del silencio de los súbditos. Ogún se avergonzó de su mal carácter y su impetuosidad.

En otro mito:
Ogún, en una batalla tomó prisionera a una hermosa mujer. Su padre Oduduwa, sin saber que a Ogún le interesaba, se quedó con la prisionera. Tiempo después, la cautiva tuvo un hijo al que llamaron Oraniyán, cuyo cuerpo era mitad blanco y mitad negro. Oduduwa recriminó a Ogún por tener relaciones con su favorita, ya que Oraniyán era hijo de ambos. Era blanco como Oduduwa y negro como Ogún.

Como se ha dicho anteriormente, en Nigeria la importancia de los herreros y de los forjadores de hierro era tremenda y Ogún como patrón de estos artesanos así como también de los soldados, los cazadores y los pescadores, gozaba de un culto importante e influyente. Los herreros formaban una casta aparte, respetada y aparecida por toda la comunidad hasta tal punto, que los jefes del gremio de herreros tenían derecho a asistir a reuniones del consejo que gobernaba cada ciudad. Ogún como patrón de todas estas profesiones, era objeto de un culto abierto a todos los clanes y tribus, a la vez que en cierto sentido confinado a estas clases económicas y profesionales.

Hoy día a Ogún se le rinde culto en todo Yoruba, pero en Ire, Ilecha, Ondo e Ilakoko su importancia es aún mayor. En Ilecha el culto a este dios presenta las características de un culto nacional y cívico. En el Dahomey a Ogún se le conoce con el nombre de Gou.Los sacerdotes de Ogún llevan en su brazo izquierdo un brazalete de hierro como insignia de su autoridad. Como Ogún es una divinidad andariega, que goza del don de la ubicuidad, sus capillas se encuentran con frecuencia en los caminos y en los lugares abiertos. Estos santuarios consisten de tres o cuatro palos, cuyos extremos están enterrados en la tierra, para mantenerlos en una posición vertical. En la parte superior de estos palos se atan otros, de manera que forman una especie de marco de puerta y encima se ponen unas frondas de palma que lo representan.
También, en las herrerías se tienen pequeñas capillas dedicadas a Ogún. Su altar se encuentra en lo alto de una esquina y allí se colocan los emblemas de hierro del dios.

Este oricha es representado por objetos e instrumentos de hierro. Los soldados consideran que su lanza es sagrada, asimismo consideran los herreros a su yunque; ambos objetos son símbolos de Ogún. Las frondas hechas con pencas de la palma, marigwo, son emblema de este dios, que con frecuencia se viste con ellas. La presencia de estas frondas a la entrada de una casa o en la encrucijada de caminos, es señal de que Ogún es el guardián de ese lugar. Ogún en estos casos está funcionando de manera parecida a Elegguá en su carácter de dios tutelar.

La planta llamada Peregun pertenece a Ogún y es otro de sus emblemas. Un pedazo de piedra, el rabo o el colmillo de un elefante son también símbolos de este oricha. El siete es su número, por lo que generalmente se le simboliza por medio de siete pedazos de hierro.

Ogún es uno de los dioses a los que en el pasado se le sacrificaban seres humanos. La víctima era usualmente un esclavo comprado con fondos públicos. Estos sacrificios sólo tenían lugar en ocasiones críticas, sobre todo cuando la comunidad se encontraba en guerra.

El perro es el animal sagrado de Ogún. Los herreros, cazadores y soldados le sacrifican un perro todos los años. Este dios gusta de comer ñame asado, nueces de Kola, judías blancas y vino de palma. Los cazadores, al regreso de una cacería fecunda suelen ofrecerle el maxilar inferior o el cráneo de los animales cazados v los soldados solían ofrecerle las calaveras de los enemigos.

Ogún por ser el dueño del hierro v de los implementos construidos con ese metal, es una de las divinidades cuyo culto estaba más asociado a clases económicas y profesionales. En un país donde la importancia de los herreros y soldados era muy grande, el culto al dios patrón de esas profesiones gozaba de gran importancia e influencia. Con la llegada de los europeos, que trajeron consigo otro tipo de economía, la importancia de los herreros locales disminuyó. Al disminuir las guerras endémicas que plagaron a Nigeria durante el siglo pasado, el patrón de los soldados sufrió un nuevo golpe. Sin embargo el culto de Ogún sigue teniendo gran importancia, ya que esta divinidad, respondiendo a las necesidades de los nuevos tiempos, se ha convertido en el patrón de ciclistas y motoristas, que como los artesanos de ayer, utilizan herramientas y objetos hechos de acero y hierro. En las áreas rurales aisladas, Ogún sigue siendo el dios poderoso cuya asistencia es necesaria para que cualquier empresa arriesgada sea coronada por el éxito.

En las regiones al norte de la zona costera, donde la caza sigue siendo una ocupación importantísima, Ogún aún goza de gran prestigio. Sólo la competencia con el Islam, el cristianismo y el escepticismo parecen destinadas a socavar el prestigio e influencia de este dios en la cultura Yoruba.

En la antigüedad, Ororima se caso con Tabutu.

Juntos ellos tuvieron un hijo que fue conocido como Tobí Ödë (El diestro cazador). Fue Tobí Ödë quien primero se convirtió entre los Orìsà (inmortales) para hacer el camino de Ikolë Orun (El Reino Invisible) a Ikolë Ayë (La Tierra).

El Orìsà que lo siguió descubrió que Ikolë Ayé estaba cubierto con Igbó (Bosque denso). Esto hizo que le fuera imposible atravesar el bosque a través de la tierra. De este modo Obàtála tomó su àdá fàdáká y le comenzó a limpiar el bosque, el notó que su àdá se había curvado y que ya no era bueno. De esta forma Ogún descubrió el misterio de Irin (Hierro) e hizo un àdá irin, (El corte del machete de hierro limpio el camino para que todos atravesaran e hicieran caminos a través del bosque, los Orìsà fueron capaces de hacer la jornada a través de la tierra, fue en este día que Ogún se hizo conocido como el espíritu del hierro. Fue así que se le dio el título de Osin Imolë.

Ogún es conocido como el guerrero. También por ser el Herrero, es conocido y adorado por las guerras, por la batalla que libro en Onire. Cuando Ogún dejo la villa el estuvo en la tierra y dejo una cadena colgando y le dijo a los habitantes que ellos podrían llamarlo halando la cadena. Es por eso que aquellos que adoran a Ogún dicen: «Irèmöjé Ogún lodë fi i saaro ara wön, keni o gbon rohun mu dirá». Los cazadores cantan el rezo al espíritu del Hierro para lamentar su muerte y el deseo de ganar inspiración de sus hazañas). Algunos de los ofrecimientos que son hechos Ogún son: Ajá: Perro àgùtàn ökùnrin: Ram Otí: Ginebra o Ron, Sigá: cigarros

Ogún es el Orisa de la guerra. Ogún es también el Orisa de la tecnología y los cirujanos. En cualquier momento que una cirugía sea hecha, se lehacen ofrecimientos para que todo vaya bien. Cuando la guerra esta por romper o cuando alguien va a una batalla, se hacen ofrecimientos a Ogún para asegurar la victoria.

El es el Orìsà del cuchillo.

Oggun

Hijo de Obatalá, cometió incesto con su madre Yemmú, por lo que se maldijo y se condenó a trabajar eternamente con el hierro además se dedicó a regar afoché por todas partes y el Araye comenzó a dominar el mundo. Fue entonces cuando Oshun se metió en el monte, lo atrajo con su canto y le hizo probar la miel de la vida, no volvió a hacer afoché y el mundo se tranquilizó.

Orisha mayor, hermano de Ochosi, Elegguá y Changó.

Violento, y astuto, es el dios de los minerales, las montañas y las herramientas. Patrón de los obreros, mecánicos, ingenieros y físico – químicos y de los soldados. Representa el recolector, al cazador solitario y andariego, que vaga por el monte y le conoce todos sus secretos. Domina los misterios del monte como un brujo.

Simboliza al guerrero comedor de carne, brusco, bárbaro y bestial, que va evolucionando al agricultor sedentario, comedor de animales domésticos, viandas y frutos. Es el dueño de las llaves, las cadenas y las cárceles.

Sus números son el 3 y el 7 en combinación. Sus días el martes y miércoles, también los días martes de cada mes.

En el Diloggún es Oggundá (letra Mayor). Está considerado como una de las personificaciones más antiguas de los yorubas.

Sus colores son el negro, verde y morado.

En Palo Monte se le denomina Zarabanda, dueño absoluto del monte.

En Kimbisa, Pungo Dibudi, cuando están unidos Oggún y Ochosi, también Lufo Kuyio y Watariamba.

Su nombres:

Oyó OggúnOggún Onilé, campesino, granjero, hacendado.

Valenyé‚ labrador. Oggún Arere el forjador del hierro, de los metales, Orisha guerrero.

Oggún Ode cazador propio del paleolítico superior.

Aguanté dueño de los montes.

Oggún Alaguedé‚ negro montuno, irascible y brutal.

Oggún Arokó‚ (Olokó) Olukoló, el recolector, campesino, granjero de la agricultura aldeano campesina.

Oggún Echibirikí celoso de Changó, por el amor de Yemaya, lo ciega la sangre y enloquece, su ferocidad y arrojo no tienen igual en la tierra.

Oggún Oké‚ dueño de las montañas, también se le llama

Oggún Afanamule y Oggún Ogumbí. Oggún Aladú que guerrea junto a Yemaya.

Oggún Ñako-Ñiko, Oggún matador.

Oggún Kobú-Kobú.

ATRIBUTOS

En general todos los hierros, machetes, palas, picos, martillos, mandarrias, yunques, guatacas, rastrillos, barretas, hoz, guadaña, serrucho, clavo, cuchillo, lanza, pistolas, ametralladoras, bombas, aviones artillados, cañones, etc.

COLLARES

Cuentas verdes y negras alternas. Siete cuentas carmelitas claras, seguidas de siete negras. En algunos casos viene dado por la casa del Santo. En Matanzas las cuentas son rojas y moradas. En otros tiempos se usaban colmillos de leopardo y también cuentas moradas. Una vez que se recibe el pinaldo (cuchillo de Oggún o caracol de Oggún) existe autorización para sacrificar animales de cuatro patas. En el caso de los Oriaté, se le incorporan caurís. Los sacerdotes llevan una cadena de metal(Achabba) como pulsera de la que cuelgan siete piezas de hierro.

ROPA

En hombres una bolsa de piel de tigre, adornada con muchos caracoles. Su ropa es de color morado, su gorro es aplastado y lleva en el cinto un largo festón de fibras de palma (llamado Mariwó) que simboliza la protección contra lo malo.

ANIMALES QUE SE LE SACRIFICAN

Chivo, gallo, paloma, guinea, jutía, cerdos, carneros, gallos rojos, perros y a veces toros.

ANIMALES QUE SE LE ATRIBUYEN :

Perro negro y maja

COMIDAS

Ñame asado, nueces de Kola, judías blancas. Su bebida favorita el Aguardiente de caña.

YERBAS ESENCIALES DEL ASIENTO

– Caña Santa – Pata de gallina – Yerba de la sangre – Yerba Mora – Pegojo – Hueso de gallo – Adormidera o Siempre viva – Anamú – Albahaca morada – Romerillo – Rompesaraguey – Palo Manajú – Ebano

©️ngangamansa.com

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