Este es el grande. Este es el que realmente quieres ver, si eres lo suficientemente valiente. Kokou es el dios guerrero y, como era de esperar, es el más violento y poderoso de todos los espíritus divinos con los que podrías tropezar. Un ritual de Kokou implica toda la grosería y la violencia del vudú. Los seguidores de este culto caen en trances profundos provocados por los golpes frenéticos de los tambores. Pueden permanecer en trance todo el día y, mientras el cuerpo humano del dios está en este trance, el dios demuestra sus poderes y sed de sangre al hacer que su cuerpo adoptado se corte con botellas de vidrio y cuchillos, aplasta repetidamente su cabeza contra una pared de ladrillos e incluso cuando sangra profusamente, traga objetos afilados o realiza cualquier tipo de acrobacias espeluznantes que demuestren su fuerza y resistencia al dolor.

Los iniciados, que son todos hombres, a menudo usan faldas de paja. Quizás se pregunte por qué cualquiera querría caer en un trance donde Kokou podría poseerlo, pero además de crear cercanía a un dios, también le da a la persona en el trance la capacidad para rastrear brujas, hechiceros y otras personas malas donde sea que puedan ocultarse, dando así un servicio a la comunidad.

Alguien que no rinde el debido respeto durante una ceremonia de Kokou tiene una calabaza sagrada colocada en su cabeza, que luego se vuelve extremadamente pesada y comienza a aplastar a los desafortunados herejes. Las regiones occidentales del país son las favoritas de Kokou.

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