Deidades Osain sin hojas no hay orishas

Osain tiene una importancia capital en la Iniciación porque entrega las plantas de cada divinidad y para hacer el omiero de cada Iniciación, el agua bendita y regeneradora.

Cuba

Osaín es el dueño de la Naturaleza y la Naturaleza misma. Tiene una sola mano, una sola pierna, un solo ojo y una oreja grande y otra chica por la que escucha. Es cazador y célibe. Osaín conoce y posee todas las hierbas y matas que tienen poderes mágicos (aché) y, como tal, es la deidad de la farmacopea. Aunque los lavatorios en el asentamiento del Santo en la cabeza de alguien están dirigidos a los orishas en general, la utilización de los recursos del monte hace siempre indispensable la participación de Osaín.

El osainista tiene que conocer profundamente el monte, lo cual exige, no sólo el dominio de las propiedades curativas de las plantas silvestres, sino, inclusive, el de las características de su personalidad, concebida de forma animista y antropomórfica. También debe saber el tributo que hay que pagar a esta deidad para que las plantas recogidas no pierdan su aché.

En la Regla Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje es Sindaula Ndundu Yambata Butan Seke y se sincretiza con San Ramón Nonato; en las Reglas de Palo y en el culto Arará es Gurunfinda. Su color es el verde, su día el viernes y procede de Oyó, Yesá y Tákua. Su receptáculo (una güira) contiene tierra de las cuatro esquinas; tierra de bibijagüero y de la casa; polvo de todos los palos duros, de cabeza de gallo, codorniz, jicotea, pájaros que hablen y tojosa; limalla de hierro; precipitado; azogue; cuatro anzuelos; bibijaguas; monedas de plata; oro y agua de río, pozo, manantial, arroyuelo, mar, etcétera.

Si es un Osaín de Yemayá llevará plumas de gallo y piedras de mar. Se le ofrenda chivo, jicotea y gallo. En Cuba se le sincretiza con San José, San Benito, San Antonio Abad y San Silvestre.

Haití

En Haití se le llama Loko y Ossangue.
Loko es el espíritu de la vegetación y está íntimamente asociado a los árboles, de los cuales no es más que una personificación. El es quien otorga a las hojas sus propiedades curativas y sus virtudes rituales; es el dios curador, protector de los docteurs – feuilles (curanderos), que no se olvidan de invocarlo antes de emprender un tratamiento médico. Es además, el guardián de los santuarios, por lo que se le compara con un houngan invisible con jurisdicción sobre todos los santuarios de Haití.

Se le representa por un viejo «grifo» simpático y vestido con un uniforme ostentoso. Pertenece a la escolta de Legba y sus ofrendas son colgadas de las ramas de los árboles sagrados en sacos.

Santo Domingo

Se le identifica con Olisa, inspector de los santuarios o ballis luasistas, en los que vela por que se guarde la compostura y se cumplan todos los ritos.

Chango Cult de Trinidad-Tobago

Osaín se sincretiza con San Francisco y es llamado a curar ciertos tipos de enfermedades, especialmente las provocadas por espíritus malignos.

Brasil

Se le llama Ossanyim, Ossa u Ossaim y es deidad de las hojas medicinales, de importancia primordial. Ninguna ceremonia puede realizarse sin su concurso, ya que es detentar del aché que los dioses suelen dispensar y que existe en ciertas hierbas. Su símbolo es una flecha de hierro con siete puntas dirigidas a lo alto, como las varillas de un paraguas virado al revés. En el centro lleva la imagen de un pájaro.

Se le considera hijo de Oxalá y de lemanjá, pero también, que brotó de la tierra al igual que las plantas y por ello no tiene madre ni padre.

Ossanyim vive en la floresta y está representado por Aroni, un hombre muy pequeño, con una sola pierna y que, según se dice en Brasil, fuma en una cachimba hecha de un caracol colocado sobre un canuto lleno de sus hojas preferidas. Las hojas son portadoras de su aché, tan necesario para devolver el vigor a los dioses. Esto aparece reflejado en un verso muy popular en el candomblé:

Kosi ewe, Kosi orixá («Sin hojas no hay orishas»).

Los encargados de recoger sus hierbas deben hacerlo en estado de pureza y abstenerse de tener relaciones sexuales, por lo menos la noche anterior. Al día siguiente, por la mañana y sin hablar con nadie, irán al bosque y dejarán una ofrenda de dinero en el suelo antes de llevarse las hierbas.

Los cazadores y su dios, Oxosse, están ligados frecuentemente a Ossanyim por su constante presencia en el bosque. En Keto (África) existe un Olossanyim (Sacerdote o hijo de Ossanyim) que es el guardián de Oxosse. Sus distintas denominaciones en Brasil son: Ewe Agbé, Ewe Dundun y Ewe Rinrin.

El lunes es su día y se asienta en un plato de barro con aceite dulce o miel, una piedra y tres piezas de cobre o estaño. Cuando se manifiesta, lleva una corona de metal plateado rematada por un pájaro, trae en la cintura calabazas en las que guarda sus remedios y empuña el opa ossanyim o cetro con asta central y un pájaro en su extremo, rodeada de otras seis además de una calabaza de metal plateado o una lanza.
Las cuentas de su collar son blancas con rayas verdes o verde musgo con rayas rojas. Se le identifica con San Onofre y San Benito.

©️ngangamansa.com

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