
ABA
Lucumí : Abáa. Congo : Finli.
Dueño: Elegguá.
Si no hay inflamación, Elegguá le da su «aché» a las hojas y a las raíces para que, bien hervidas, se refresquen y alivien con baños, los pies cansados del caminante.
Sus hojas se aplican también como remedio para la parálisis.
AGALLA DE LA COSTA
Lucumí : Bien Congo: Clé-kukumonga.
Dueño: Elegguá.
En tisanas resulta un gran purificador de la sangre con sus hojas y raíces. Sus semillas se emplean en lavados vaginales para contener las hemorragias y en tratamiento de la leucorrea.
AJI GUAGUAO
Lucumí : Atá, Gua-guao. Congo: Yúmbe.
Dueños: Elegguá, Oggún y Osain.
«Es alimento restaurador de las ngangas». La «chamba», el aguardiente que «Padres» y «Mayordomos» derraman sobre las cazuelas, calderos y amuletos de «Mayombe», y que se vierte sobre el pescuezo del gallo o animal sacrificado cuándo estos se han desangrado sobre la nganga, se carga de ají guaguao para que sea más potente. Este ají, reducido a polvo, es uno de los elementos importantes en cualquier brujería de las fuertes y más efectivas. El zumo en atomizaciones, es bueno para combatir la ronquera. Con el ají guaguao maduro, ingerido como píldoras, se combaten las hemorroides. Para provocar el aborto: Tres raíces de ají guaguao se echan en un jarro con cinco tazas de agua que queden reducidas a tres. Pero si la mujer está embarazada de seis meses, deben hervirse siete raíces en la misma proporción de agua. Tres días después de beber éste conocimiento, se le da azafrán hervido con un buen vino Jeréz seco, y …….. fuera.
En fricciones contra el reumatismo. Para la fiebre catarral; bien picadito se mezcla a un cocimiento de naranja bien caliente.
AJI CHILENO (Ají Chile).
Lucumí: Cayúeddin. Atá. Congo: Kuálau o Kindungo.
Dueño : Elegguá. (Se le atribuye también a Oggún y a Osain, pero no se olvide que a éste último pertenecen todas las plantas y con todas trabaja).
La savia de la raíz, de las hojas y del fruto, combate el tifus en sus comienzos.
ALMACIGO
Lucumí: Iggi Addama Moyé. Congo: Imbi iye.
Dueño: Elegguá, Changó.
Los cocimientos de sus cogollos cortan el resfriado intestinal. Los de la raíz, corteza y cogollo para las diarreas sanguinolentas. La resina se aplica en parches sobre las heridas producidas por clavos, latas u objetos herrumbrosos para preservarse del tétano. Para quitar el aire: «Un parche detrás de la oreja». Para el catarro: «Un cocimiento al acostarse y además poner cuatro o cinco hojas cruzadas, debajo de la almohada». Para el resfriado de los niños: «Envolverles los pies con las hojas tibias.» Para el vientre; diarreas, cólicos y gases, una cataplasma de almácigo es más efectiva que la de la panetela y vino seco. Las hojas frescas se extienden en la cama, en la parte en que se acuesta el paciente.
El almácigo es estimado, sobre todo, «por la facultad que Dios le dio de curar, en Viernes Santo, las hernias y el ombligo de los niños», y en cualquier época del año. Pues se lleva al niño al árbol, se le apoya el pie en el tronco y se marca con una cuchilla el contorno de la planta del pie en la corteza. Será seguro que cuándo desaparezcan las líneas en la corteza, se reducirá la hernia umbilical de la criatura. Esta operación se hace por la mañana temprano. Será importante que tanto en los resfriados catarrales como en los intestinales, las hojas se coloquen formando una cruz sobre el pecho o el vientre del enfermo. Los cogollos del árbol se calientan junto al anafe y luego se ponen sobre el vientre etc. Los cocimientos deben mezclarse con canela. La cáscara de almácigo, combinada con paraíso, curan la diabetes.
No debe olvidarse que el almácigo tiene más virtud el Viernes Santo, como otras plantas medicinales, y que «para curar no se ofende a Dios cortándolo, pues su misión es curar, y sobre todo, que se sepa, «con este palo no se hace nada malo». «Es un palo médico nada más». «Es «espanta brujo» y «purificador». En baños para buena suerte y «limpieza», se mezcla con la cuaba, la aguodita y el yagrumo. El humo que desprende la resina quemada, con un diente de ajo, ahuyenta las malas influencias. El fuego no lo ataca. Acaba con todos los matojos y palos que estén a su alrededor, pero a él , no se le arrima por nada la candela, y lo respeta donde quiere que esté
ARETILLO
«Guánke» le llaman los santeros lucumís y los paleros».
Dueño: Elegguá.
Masticadas sus ramitas y hojas tiernas, blanquean, pulen los dientes y fortalecen las encías.
BEJUCO GUAURO
Lucumí : Egguá. Congo: Tobi o Táoi.
Dueños: Elegguá y Oké.
El zumo se recomienda para vómitos. En infusión para baños de asiento en casos de hemorroides, y también se toma en cocimiento para el tétano.
BEJUCO JIMAGUA O PARRA CIMARRONA.
Lucumí : Ewé Lopamó, Ajará Melli.
Dueño: Elegguá.
«Aunque Elegguá no tiene mujer, Lopamó es suyo». Para las paridas y para lavar a los niños recién nacidos. Este bejuco se queja. Se le oye en el monte lamentarse. No hablar ni hacer ruido cuándo uno se acerca para cogerlo; se le ponen siete centavos y tres granos de maíz. Muchos lo entretienen, le cantan, y mientras come y está distraído se lo llevan. Así hay que hacer con muchos palos en el monte.
BEJUCO BERRACO
Lucumí: Arebo. Congo: Fumasi, Kuénye.
Dueño: Elegguá.
En cocimiento, toda la planta, inmejorable para la purgación. Para los riñones, disuelve los cálculos. En buches, calma los dolores de muela. Para el pelo, lo revive y ennegrece. Se llama verraco o cochino porque tiene la particularidad de olor a éste animal. «Asoma la raíz a las doce del día exactamente, y luego se esconde». Rezarlo y cogerla pronto. Es veneno para el ganado.
CAUMAO
Lucumí : Patiré. Congo: Bautónso.
Dueño : Elegguá.
Para el reumatismo, el jugo de la raíz y de la corteza, con agua bien caliente, es excelente. El «caumao» es el pulpo del monte: enreda a todos los árboles y matojos que le quedan cerca y es utilizado por los mayomberos para enredar a las personas etc. «Un «masango» de caumao es cosa seria». En la esclavitud con el caumao se hacía la «musinga», látigo para azotar a los esclavos.
CURUJEY
Dueño: Elegguá.
«Es un parásito que tiene inclinación a vivir encaramado sobre un árbol». Con el se hacen resguardos y «afoché». El curujey limpia y fortalece el cuerpo, y es un buen depurativo de la sangre.
Tiene una misión «absorbe y diseca hasta el último microbio maligno». Por eso se echan sus polvos sobre las llagas, (ilé aró). El mayombero, que lo llama Akín, toma la raíz para reforzar su nganga.
EBANO CARBONERO
Lucumí: Iggi lile o Iggi dudú.
Dueño: Elegguá.
Las hojas, en cocimiento, ennegrecen bellamente la piel. La corteza hervida se prepara para el mismo objeto, para friccionar la piel.
ESPARTILLO
Lucumí : Elénga, Iyé Eran.
Dueños: Elegguá Ochosi.
Hervido, es muy bueno para baños de pie. Para debilitar las «tisanas: congas, (las preparadas por los paleros), que son demasiado fuertes. Cuándo se disputa por la posesión de una tierra, se hace un «nkangue» de antemano en la nganga. Todos los días se aprieta el nudo hasta deja idealmente acogotado al contrincante. Ganado el pleito, se lo da a la mata de espartillo sangre o huevo de «sabanero», (nui nibaloke). Este pájaro «sabanero», es una cosa grande.
ESPUELA DE CABALLERO
Lucumí : Iñáenori. Congo: Imbo.
Dueño: Elegguá.
«Nació esta yerba cuándo el «kereketé» hizo el nido». Pero pasó un cazador y pisó los huevos. El kereketé lo maldijo. En adelante puso los huevos sobre una piedra y esta planta nació para protegerlos. Como nace llena de espinas, sobre las piedras, cuándo «linga», (amarra), «linga fuerte». Excelente para hacer polvos de mayombe y otras preparaciones mágicas. Se emplea en aquellas «rogaciones», que se hacen para beneficiar a personas que están arruinadas. «Abre camino». Con esta yerba se le pone un cerco a Elegguá cuándo conviene que se avive. «Para espolearlo». Si se introduce un poco de la corteza en las caries de las muelas, calma el dolor. Con el zumo de las hojas, curan los galleros los ojos lesionados de sus gallos de pelea.
GUABICO
Lucumí : Ewú.
Dueño: Elegguá.
Cuándo «mfumambata», (la justicia), o algún enemigo nos persigue, un «mpolo» bien trabajado de Guabico nos protegerá. «Se riega por donde se supone que ha de pasar esa persona y nos libramos seguramente de su persecución».
GAMBUTE O GAMBUTERA
Dueño: Elegguá.
Se hacen mazos con sus ramas, «garrotes», y se colocan junto a Elegguá, para que la brujería de un enemigo se debilite y no surta efecto.
GUAJACA
Dueño: Elegguá.
En cocimientos, para hacer buches en casos de flemones en las encías y grietas en la lengua. Para las almorranas se prepara en pomada con manteca de puerco.
GUAYABA
Lucumí : Kénku. Congo: Guankibilunga.
Dueño: Elegguá.
El fruto es una de las ofrendas que más gusta a Elegguá. Trabaja de preferencia con los «garabatos», (iwó lunguoa) y las hojas, «koka», (nkenda). A la suerte se le atrae con siete garabaticos. Después que se usan, se pilan. Se cocina un boniato, se unta de manteca de corojo y se le entierra en una encrucijada con jutia, anz, «areche», (frijoles). La persona se «limpia» con el boniato antes de enterrarlo, se llama a Elegguá y se le entrega.
Después se bañará con ewó de «Oya», grama, grosella, albahaca morada, cucaracha morada, guacamaya, croto, ponasí, malanga amarilla. Ewé de «Oshún»: frailecillo, laurel, mastuerzo, angarilla, mata-perro, platanillo de costa, jaboncillo, hojas de fruta bomba y caimito. Para las quebraduras: Se toma una cinta de hiladillo con la medida de la hernia de un quebrado, («manuguá) y se introduce en una rajadura del tronco, («musitoto») de un guayabo. Cuándo esta hendidura se cierra, desaparecerá la hernia.
HUEVO DE GALLO
Dueños: Elegguá, Osain.
«En éste árbol vive el camaleón de dos colores, parecido a la iguana americana». El palo y el camaleón, sirven para enfermar y matar. El cocimiento devuelve el vigor, la virilidad, a la naturaleza decaída del hombre, y la leche contiene la sangre. «Es muy empleado en la hechicería».
JURUBANA O JURABAINA
Dueños: Elegguá, Changó, Oggún.
Contra «diambo». Saca del cuerpo el «bilongo» que se haya tomado. Es uno de los grandes «palos» de mayombe. Cuándo es preciso hacerle daño a un «gangulero, bien para defenderse de sus ataques, o matarlo la nganga que le sirve, basta con espolvorear aquella, con Jurubana. Por eso el brujo no consiente que todo el mundo se acerque a su «Prenda».
MASTUERZO
Lucumí : Eribo.
Dueño: Elegguá. (Se le atribuye también a Babá).
En la madrugada del Viernes Santo, o de un viernes, cuándo aún no ha salido el sol, se va a buscar esta yerba, se le toca tres veces con la mano, se le habla y después se arranca y se pasa por la cara. Hay que cuidar que no le dé el sol. Se lleva a la casa y se deja secar. Se pulveriza y se echa en un frasco de perfume con valeriana, polvo de Piedra Imán y de zunzún. «Con éste perfume, las mujeres vuelven locos a los hombres», y viceversa.
Para curar un resfriado, la raíz se hierve y se cuela. Se da a tomar tres veces al día sin decir lo que es. Es muy refrescante. Disminuye el azúcar de la sangre y cura también el riñón y el hígado. Reduce o cura las quebraduras.
ÑAME
Lucumí : Ichu Osura.
Dueño: Elegguá.
«El ñame como el coco y el maíz, pertenecen a todos los orishas, a todos se les ofrenda». Con el corazón del ñame, (ichu), prepara el babalao el «aché» «yefá», el polvo blanco lleno de virtudes con que se cubre el tablero de adivinar de «Orumila».
El que haya sido objeto de una brujería deberá untar un ñame con manteca de corojo, y con este, salvia, piñón botijo, albahaca y jengibre; fregará su puerta tres días seguidos y se dará baños de mar y de río, con verdolaga.
La mejor «rogación» para «Obatala» son ocho pelotas de ñame con «efún» y «orí», (cascarilla y manteca de cacao); se le presentan ocho días seguidos, y después se lo llevan a la manigua. Un ñame en un plato blanco o en una cazuelita de barro, puede representar a Elegguá.
El ñame, por muchos motivos, es como él coco, un fruto bendito. Se pone en la tierra un ñame crudo a la puerta de la casa, con la finalidad que nazca espontáneamente próximo a Elegguá. Se considera como signo de ventura, como una promesa de prosperidad, que este ñame que se llama «volador», se reproduzca abundantemente.
Este tubérculo, cargado de misterio, «único fruto, como el «bejuco jimagua», que pare la tierra con dolor»: Aunque representa y sustituya al «okunla» de Elegguá, es de propiedad de «Oko», (San Isidro el Labrador), dueño de todas las viandas. Sin ñame no podría «jurarse», (iniciarse), en la «Sociedad Abakuá». «Es pues, uno de los tributos principales.
OJO DE RATON
Congo: Moddóbo.
Dueño: Elegguá.
El santero se sirve de esta planta para hacer fracasar los negocios de un contrario.
PALO MORO
Lucumí : Miñó. Congo: Donsonko.
Dueño: Elegguá.
» Para ser afortunado en amores, para atraer y subyugar a traición». La tierra en torno a este árbol, es maravillosa para apoderarse de un «rastro, de «una sombra humana», y por lo tanto, de una persona. En el supuesto de que no se tenga de una persona ni pelo, ni uñas, ni sangre, ni retrato, ni ropa usada, ni siquiera un pedacito de tela de la misma que compró en la tienda y con la cual se hizo un vestido, o no se lo hizo, pero pensó hacerlo y tocó la tela, la manoseó etc., ya, con esto es suficiente para robarle «el rastro». Y así se le agarra bien, pues ahí está el calor, potencia de su vida, la emanación directa de esa persona.
Se le roba también el «Ángel de la Guardia». Del «Ángel de la Guardia” se roba la sombra que va caminando detrás del cuerpo, y se roba, después que la persona ha pasado. En fin, si se logra conducir hábilmente a la persona que se ha elegido para reducirla a la esclavitud, junto a uno de estos árboles, y deja estampada su huella en su tierra particularmente propicia a tal índole; allí mismo se le «amarra», y quedará cautiva y a nuestra merced.
PALO NEGRO
Lucumí : Iggi Erú. Congo: Masensa, Mufuita.
Dueño: Elegguá.
«Tiene negro, muy negro el corazón». Un poquito de polvo de éste palo, «juramentado» y «rogado», camina como el viento. A Elegguá, que maneja todos los «palos» de los mayomberos, le gusta trabajar con él. Hay que tenerlo a manó para cuándo Elegguá lo pida. Lo mismo que: abre-camino, amansa-guapo, y quita saco, (que es un «palo» difícil de encontrar y es de los suyos). «Lo emplea también «Oggún Achibiri Kí», que es «San Miguel Arcángel».
PATA DE GALLINA
Lucumí : Ewé Erán, Dodé, Araúgu. Congo: Kimbansa Bebeke.
Dueño: Elegguá.
Los «kimbisa» trabajan mucho con la «kimbansa», y los devotos de los orishas; la pone sobre la cazuelita de Elegguá, el «Dueño de los Caminos» que «amarra» con esta yerba.
Un «niche», para conseguir colocación, se hace con «pata de gallina» y carreteles de hilo blanco y negro. Con estos hilos y la yerba, se cose un papel con el nombre y apellido de la persona que puede otorgar el empleo, y se coloca debajo de Elegguá
P……… DE GATO
Dueños: Elegguá, Oggún.
«Se utiliza toda la planta en el «trabajo» que tiene por objeto trocar la virilidad en impotencia». Para alcanzar este fin existen innumerables «filtros» y «embrujos». Tales maleficios van precedidos de un «sacrificio» a la «Potencia», (o espíritu que promete su «protección), y en luna nueva, la mujer que realizará tal hechicería, estando en el lecho, con algún pretexto pasará tres veces sobre el cuerpo de su marido o amante, a quien con esto lo condenará a una impotencia incurable por el resto de sus días.
PIÑA DE RATON.
Lucumí : Omó iggi boibo, Maimai. Congo: Ekeni, Nuingue.
Dueño: Elegguá.
Con el zumo y el cocimiento de la raíz, se prepara un elíxir digestivo y a su vez extremadamente nutritivo.
PIÑON DE PITO
Lucumí : Efeké Yirin. Congo: Fosóngako.
Dueño: Elegguá
Para lavar las reliquias del santo. Hacer «rogación» y «trabajos». Con los «pitillos» se hace un jarabe muy beneficioso para los niños raquíticos. La raíz en cocimiento, se toma para el estreñimiento.
RABO DE GATO
Dueños: Elegguá y Los Ibeyi.
Para ligar mágicamente en el claustro materno a una criatura y tenga dificultad en nacer…….., (o se «ñeque»), se desgracie.
RASCA BARRIGA
Lucumí : Omá, Eká Ore.
Dueño: Elegguá.
Para pagarle a Elegguá en el Asiento». El iyawó de Elegguá, es azotado, a veces con dureza, por la madrina y el padrino. Nueve cujes de «Rasca-Barriga»; vestidos de nueve colores y en la punta de cada uno un cascabel. El santero se pinta con cascarilla, siete rayas en las mejillas y se pasa toda la noche «despojando», pasándole los cujes al enfermo de gravedad y sonando los cascabeles, que asustan a la muerte.
Luego, temprano, «se hace cambio de vida», y esta ceremonia debe terminarse antes de las doce del día. «Cambiar vida» es desplazar la enfermedad, «el daño», cambiar la muerte por la vida, «pasarla de un cuerpo a otro». Se saca el mal del cuerpo en que está metido y se lleva a un animal, o a un muñeco del mismo tamaño del enfermo, que se vela y se entierra en el cementerio.
RASPA LENGUA
Lucumí : Ewé Elonu. Congo: Nkanga.
Dueño: Elegguá.
«Es muy valioso para ganar pleitos en los tribunales de justicia». Hecho polvo y ligado con cascarilla, canela y azúcar blanca, se riega en el banco del abogado contrario y del Fiscal. «Es que con ese «afoché», se aguantan las lenguas». Si el abogado pisa o aspira estos polvos inofensivos permanece mudo, habla torpemente, se equivoca o sencillamente retira la acusación o no defiende a su cliente. Se emplea también con muy buenos resultados para «trancarles la lengua a los lengüilargos»
SAN DIEGO
Dueño: Elegguá.
(«Es conocido por los yerberos por Maitoko y Foyinkaro»).
«Encierra uno de los secretos más grandes de Elegguá».
TRAVESERA
Lucumí : Afosi.
Dueños: Elegguá, Changó.
«Para defenderse o cerrar el camino a un enemigo»: Se arranca y se liga con «espuela de caballero», aromo, pimienta de Guinea, y ortiguilla, «todo cogido para hacer daño», y se les explica bien y se dice: «Travesera, te vengo a buscar porque te necesito, y tú vendrás conmigo para atravesarte en todo cuánto Fulano de Tal tenga pensado hacer y cuánto pueda pensar”.
Se vá a la espuela de caballero y se le dice: Espuela de Caballero, o del Diablo, te vengo a buscar antes de las doce para que, «así como tú no tienes por donde agarrarte, Fulano de Tal viva intranquilo y trague espinas.
Con el poder de Osain, ortiguilla, antes de las doce, según tú picas, picarás a Fulano de Tal y que no tenga paradero en ninguna parte. A la pimienta se le dirá: Pimienta de Guinea, te muelo y te caso con la Espuela del Diablo y la Ortiguilla, para que peleen, y que también Fulano de Tal esté peleando y rabiando diariamente, desde que salga el sol.
La contra de todo lo que se puede hacerse con este «trabajo» es: «ewereyeye», (peonía), con «ewó oni bara» (el meloncillo), «ewé dúdu, (siempre viva) y «omi olorún», (agua bendita y azúcar blanca).
Este omiero se riega en la casa del que está padeciendo éste «daño», y se dará tres baños con hojas de majagua, yaya blanca y «ewé dúdu», (siempre viva).
TRIPA DE JUTIA
Dueño: Elegguá.
Se le pone a Elegguá para enfurecerlo y que guerreé cuándo se necesita que el orisha dé la cara en un «trabajo» difícil e importante.
CAYAJABO
Lucumí : Irú, Orire, Iggi, Irubi. (Algunos le llaman «Mínyora»).
Dueño: Elegguá. (Lo da Yemayá).
Un gran amuleto que veremos en las muñecas de santeras, devotos y profanos, para buena suerte y ahuyentar las malas influencias.
El zumo tiene la virtud aplicada paulatinamente sobre las verrugas, de hacerlas desaparecer.
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