Ogou Badagri es un dios terrible que envía tormentas. Hay un mito muy interesante sobre este dios. Agoué, dios del mar, invitó a Ogou-Badagri a venir a cenar a su casa en Trois Ilets. Lo recibió lujosamente y le hizo servir orgeat, menta y ron. Pero en medio de la fiesta, Agoué buscó una pelea con su anfitrión, acusándolo de haber seducido a la Señora Erzili.

Ogou respondió que Erzili le pertenecía y que era él quien tenía motivos para quejarse de Agoué. Agoué hizo disparar el cañón contra Badagri, quien, en su calidad de herrero, derritió las balas cuando lo alcanzaron. Estaba rodeado por la guardia de Agoué, comandada por el general Clermeil, pero se defendió valientemente con su sable.

Al ver que iba a sucumbir bajo el número, Badagri llamó en su ayuda a su primo Assôtor Micho. Inmediatamente un enorme tambor durmiente llegó a las Ilets y aterrizó cerca de él. Agoué rompió el círculo de sus enemigos y, a horcajadas, huyó por el aire. Agoué emprendió la persecución con su flota. Ogou, dios del fuego, hirvió el mar y se escondió detrás de una pantalla de fuego y humo. Agoue, finalmente, tuvo que regresar.

Badagri, de pie sobre su tambor, agitó su pañuelo rojo y cantó al ritmo del sosorer.

Se le sacrifican gallos y gallinas rojas. Su árbol favorito es el laurel rojo con el que se identifica.

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