
Olokun es después de Oduduwa, la más alta representación de la Regla de Osha como decimos en la santería cubana. Representa el mar en su estado más aterrador, pues es la profundidad llena de secretos, las riquezas del fondo del mar y la salud. Es andrógino, mitad hombre y mitad pez. Posee carácter violento, misterioso y compulsivo. Esta deidad que está representada como la vida y la muerte, es el mar en toda su expansión y extensión.
Su nombre proviene del Yorùbá (Oló:dueño-Òkun:Oceáno) pero en realidad es el Dueño de todas las aguas. , Esposo de:
1.- Elusú (de la arena),
2.- Ajé Sàlùgà (del dinero y las conchas marinas), de cuya unión nacen sus hijas:
3.- Ikokó (de las plantas acuáticas),
4.- Òlonà y Òlosà (ninfas del agua) representan: Los manantiales, charcos, cascadas, lagunas, ríos, riachuelos, extensiones marinas y el agua de la lluvia
5.- Òsara (de los lagos subterráneos),
6.- Bòrómu (de las corrientes marinas),
7.- Borosia (de los tornados marinos)
8.- Yembó (de la calma del mar)
9.- Osupa (la luna)
10.- Agganá Erí (de la lluvia). Existe la versión de que de Olóòkun sale Yeyé-Omó-Eyá, que es así, como se llama a la que nosotros conocemos por Yemojà, que quiere decir: Madre del mundo o madre de los peces, Olóòkun como ya dijimos, es el mar con todas sus riquezas milenarias pero que a la vez es un mundo profundamente desconocido y respetado por el africano. Se dice que Obàtàlá lo encadenó al fondo del Océano, cuando intentó matar a la humanidad con el diluvio y ello lo confirma la teoría de que Olóòkun es una cabeza, otros aseguran que es un cuerpo o masa fusiforme encadenada en el fondo del mar porque su poder y desobediencia son tan grandes que en cualquiera de sus momentos de ira, la tierra podría desaparecer. Por esto en su tinaja o receptáculo, se colocan dos manos de caracoles las cuales nunca hablan y cuando lo hace, es por boca de Yemojà. Siempre se le representa con careta, pues se dice que quien mira su rostro muere de inmediato. Su culto proviene de la ciudad de Lagos, Ilé Ifé, Nigeria, así como también en Benin y llega a Cuba a finales del Siglo XIX.
En Olóòkun está la vida de todos nosotros y allí está nuestra muerte también, representada por dos grandes espíritus, Somúggàggà, que simboliza la vida, y Akaró, que representa la muerte. Ambas representaciones no son más que la muñeca de plomo que se coloca dentro de la tinaja y que lleva en una mano una serpiente (Akaró) y en la otra una careta (Somú Gagá). Dichos personajes, uno representa el día y el otro la noche como el mismo Orisha Oko.
Las nueve caretas son: a) Bagba b) Abena c) Apana d) Iyagua e) Tgeteide f) Somúggàggà g) Akaro h) Efe i) Ayoko.