Espiritismo El tabaco en el Espiritismo Cruzado

El tabaco en el Espiritismo Cruzado

El espiritismo cruzado es una manifestación religiosa que presenta, amalgamados, elementos del espiritismo europeo, kardeciano con influencias de las religiones afroides. La mezcla o cruce de estas ultimas se presenta en múltiples formas, aunque la predominante es la de origen bantú.

La creencia de los espíritus está presente en el culto a los antepasados, en la idea y deseo del hombre sobre la prolongación de la vida, más allá de la muerte. Su existencia o las múltiples formas de sus manifestaciones se registra en los libros sagrados de las distintas formas, tempranas y tardías, de las expresiones religiosas.

El sistematizador reconocido del espiritismo europeo es Alan Kardec (1804-1869). El espiritismo kardeciano presupone la existencia de un Ser Supremo creador del mundo material y de la existencia e inmortalidad de los espíritus. Este postula que «el alma del hombres sobrevive al cuerpo y conserva su individualidad después de la muerte» (Kardec,1975).Esta modalidad del espiritismo europeo, kardeciano, se mezclo en Cuba con las ideas y prácticas de los cultos de origen africano, en particular se sincretizó con la Regla Conga o Palo Monte, dando lugar, como lo indica su nombre, al espiritismo cruzado.

En los recintos donde se practica su culto se notan fuertemente imágenes de santos católicos, fotografías de personas ya fallecidas y que guardan algún vínculo con los practicantes, de parentesco, de amistado bien sus espíritus se presentan y poseen a algunos de los médium oficiantes de la ceremonia espirita. Además están presentes elementos materiales, utilizados en las religiones afrocubanas, tales como: frutas, el coco en particular; piezas de hierro; raíces de plantas como medio curativo y de protección.

Las consultas espirituales, los despojos y las curaciones conforman el objetivo principal de sus actividades. Un elemento caracterizador de esta variante espirita es la frecuente presencia, mediante los médium de espíritus de esclavos africanos, congos en particular, hombres y mujeres, hablando o remedando la forma bozal del español en la que lógicamente deberían expresarse en vida.

El tabaco es un elemento multipropósito en este ritual. El humo es propiciador, durante la ceremonia preparatoria, para crear el clima adecuado a la llegada de los espíritus. El tabaco se le ofrece en forma de habanos, depositados sobre las copas o repisas del altar o bóveda, situado en la habitación destinada para estas actividades, los espíritus fuman cuando se «encarnan» en los oficiantes o médium.

En el acto de limpiar o “despojar” a la persona consultada se utilizan flores, ramas y perfumes y se le agrega humo de tabaco para sahumear al “paciente”.
Este sahumerio acompañante suma fuerza y poder a los otros elementos y a la misma actividad. Miembros de estos cultos afirman que “el tabaco, sin otra hierba o flor que lo acompañe, se usa para despojar, para limpiar”.

©️ngangamansa.com

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