
El primer grupo de espíritus se llama Bakulu. Este categoría se compone de miembros fallecidos de la kanda o clan. Viven bajo tierra cerca de bosques y y cursos de agua, y forman pueblos similares a los de la maleza: hombres y mujeres, jefes y súbditos viven allí organizados. Gracias a su buen entendimiento, disfrutan una feliz existencia.
Los bakulu tienen a su discreción «mfunu ye ngaku» utilidades y fecundidades . Este es el resumen de todos los deseos terrenales del mukongo: fertilidad, salud para él y su familia, longevidad, prosperidad en la cría, comercio, agricultura y sobre todo suerte en la caza.
Bakulu bazibula bazibika mfunu ye ngaka. — Los antepasados abren o cierran el alijo de tesoros a voluntad. El buen trato se llama mbainbu. Se le atribuye al bakulu una extraordinaria cosecha de mandioca, maní, calabaza, tabaco, y el afortunado dirá: este mbambu me lo dio los bakulu.
Asimismo, cuando el comercio deja ganancias apreciables, es un mbambu de los bakulu. El nzimbu zi mbambu, es decir, el dinero ganado se usa como capital de trabajo y no se puede gastar, si no se quiere perder la buena fortuna.
Es lo mismo en la cría. Una gallina, una cabra, una cerda prolífica es un mbambu. Estos animales no se pueden vender y sus hembras jóvenes deben utilizarse para la cría. En el caso de las aves de corral, los huevos no se pueden comer ni vender, deben incubarse. En el día de descanso semanal no se podrá tocar ni la gallina ni los huevos.
A sus súbditos privilegiados los bakulu regalan buenos sueños. Inspiran tal proyecto, tal viaje o tal comercio y estas empresas tendrán éxito. O bien los desvían porque allí les espera una desgracia.
A veces sucede que un nkulu durante la noche le lleva dinero a su hermano. No puede gastarlo ni hablar de ello con nadie. Si no hace caso a estas instrucciones, el dinero desaparece; el nkulu lo rucpero.
Cuando un hombre así gratificado con un mbambu va a morir, puede elegir a su hermano uterino para sucederlo en su buena fortuna. Para ello le da una perla roja (kinsola) y parte del dinero mbambu, o una gallina, blanca o moteada.
Si no encuentra sucesor, se traga una perla roja; así su fortuna desaparece de la tierra, pero la encontrará de nuevo donde el vaya.
Para obtener estas bendiciones, los indígenas acuden al cementerio sobre la tumba de un hermano o de un tío materno. Hacen una libación de vino de palma allí y luego expresan su deseo. Actúan igual, cuando son objeto de una injusticia por parte de un familiar; luego le piden a un nkulu que venga y se lleve al autor de la afrenta o daño.
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